El lenguaje es la capacidad del ser humano para comunicarse por medio de signos, este tiene tendencias evolutivas que se ven afectadas por el ambiente y sistema de valores que rodean al ser humano, la evolución del mismo se produce siempre en el marco cambiante de los acontecimientos históricos, sociales, culturales, políticos, económicos que ejercen cierta influencia sobre el ritmo de los cambios lingüísticos. Es por eso que a través de este artículo deseo motivar para que se tome en serio la lectura de la Biblia,
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! más que la miel a mi boca (Salmos 119:103).
El hombre de hoy, es víctima de una filosofía existencial que busca invadir todos los caminos del vivir, falto de fe, vive sin el Espíritu de la palabra de Dios, que por ende, su acción y frutos de su corazón, se manifiestan en sus palabras mostrando una falsa ideología.
La lectura de la Biblia traerá como resultado un cambio del lenguaje en aquel que tiene la disciplina de leerla diariamente, muchos son los ejemplos de personas en los que su forma de hablar fue transformada como resultado de practicar una lec- tura diaria de la Sagrada Escritura.
Personalmente, busco que mi lenguaje esté influenciado por lo que la Biblia me muestra y enseña en base a eso, busco controlar lo que mi lenguaje expresa por varios motivos:
Dios nos da la oportunidad de servirle en su reino, su Palabra es lumbrera a nuestro camino y norma de conducta que alimenta nuestra alma…y si su Palabra es alimento al alma, ésta deberá dar fruto en nuestros labios… de la abundancia del corazón habla la boca.
Nosotros somos agentes de cambio, con nuestra boca debemos bendecir a nuestros semejantes, motivarlos a que ellos puedan desarrollar el potencial que hay en sus vidas a fin de cumplir el propósito por el cual han sido creados.
Atrevámonos a ser agentes de cambio en esta sociedad, mejorando nuestro vocabulario. La lengua y la palabra tienen poder y esto no es positivismo, tampoco Nueva Era. Es palabra de Dios. Proverbios 18:21 dice: La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. Por eso se recalca hoy que cuidemos lo que hablamos y que hablemos lo que la Biblia dice que somos. Debemos bendecirnos con nuestra boca, y ser de bendición con lo que hablamos, esto lo logramos cuando diariamente tomamos el tiempo de alimentar nuestra alma a través del ejercicio diario de leer la palabra de Dios.
Únete a nuestro Staff de maestros y sea de bendición para nuestros alumnos.
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