Pablo nos recuerda claramente que cada cristiano recibe un don o unos dones espirituales. Encontramos en Romanos 12:6-8, 1 Corintios 12:8-10, 28-30 y Efesios 4:11.
Cada persona en nuestras congregaciones tiene dones espirituales al igual que talentos y habilidades. ¿Y queremos que vengan a nada más sentarse una hora por semana y dar sus diezmos?
Para honrar la presencia de Dios en sus vidas, para respetar y tomar ventaja de sus talentos y habilidades, tenemos que proveer oportunidades de ministerio y misión que permitan a la gente aplicar sus dones y talentos a la obra y crecimiento de la iglesia.
En ministerio
Uso el término “ministerio” en este articulo refiriéndome a la vida congregacional adentro de las paredes del templo —el servicio dominical, escuela dominical, discipulado, el mantenimiento del templo y más. Hay gente capaz y lista para ayudar, servir y dar su tiempo. Las congregaciones crecientes proveen este espacio para la gente.
Aunque quizás tenemos un “líder de alabanza”, hay otras personas en la congregación con voces bonitas que quieren contribuir. Debemos permitirles cantar. Quizás hay personas que tocan instrumentos —permitámosles tocar sus instrumentos de vez en cuando. En mi congregación, Leslie toca el violonchelo. Una vez cada dos meses, la invitamos a tocar su instrumento durante la recolección de ofrendas. Proveemos espacio para todos.
Entre nuestra gente hay personas capaces en áreas de construcción, electricidad y más. Debemos permitirles usar sus dones. A Margarita no le gusta cantar. No tiene ganas de ser líder. Pero ella quiere hacer algo. Ya que las plantas y flores son su pasión, ella pasa por la iglesia casi cada semana para embellecer los alrededores de nuestro campus. Proveemos espacio para todos.
El liderazgo de la congregación siempre debe estar escuchando y mirando para ver si hay gente con dones y talentos aplicables a los diferentes aspectos del ministerio de la congregación. Tenemos que proveer oportunidades de ministerio.
En misión
También, tenemos que proveer oportunidades de misión para nuestra gente. Para nuestros propósitos aquí, el término “misión” se refiere a los enfoques fuera de la congregación, por fuera de las paredes del templo.
¿De qué sirve si enseñamos, predicamos e instruimos a nuestra gente en cómo vivir la fe, cómo compartir la fe… y nunca les damos la oportunidad de vivirla y compartirla? Las congregaciones crecientes planifican oportunidades para que su gente pueda tocar al mundo.
Muchas congregaciones alrededor del mundo proveen algo como “escuelas bíblicas vacacionales” para niños. Las congregaciones crecientes no solamente invitan niños a su “escuela”; ellas llevan las escuelas a las comunidades, a las familias —fuera de las paredes. Actividades así permiten a todas participar —jóvenes y adultos de todas las edades.
Una obra o viaje de misiones cada año o cada dos años provee oportunidades importantes. No es necesario salir del país. Quizás haya una necesidad en otra región de su propio estado o país en donde la gente necesita oír la palabra de Dios. Quizás haya una comunidad que necesita ayuda para construir o renovar un edificio. A Lorenzo no le gusta hablar ante la congregación. Y él canta como un avestruz. Pero es un carpintero y pintor excelente. Una obra de misión le permite servir a su Dios. Proveemos oportunidades para servir.
Por medio de escuelas bíblicas, obras o viajes misioneros, ministerios de alimentación, proyectos evangelísticos y docenas de otras actividades, podemos proveer oportunidades de servicio para la gente de nuestras congregaciones.
Busque oportunidades
Lamentablemente, muchas veces el liderazgo es culpable de rechazar personas e ideas acerca de asuntos de ministerio y misión porque se sienten responsables de “proteger” o “cuidar” la congregación. En otras situaciones, los líderes están tan enfocados en capacitar y discipular que no recuerdan la importancia de proveer oportunidades prácticas de servicio a su gente.
Así a veces robamos a la gente la oportunidad de usar sus dones y talentos. A veces no aprovechamos la riqueza de las habilidades y capacidades de la gente en nuestras congregaciones.
Realmente, el equipo de liderazgo siempre debe estar buscando maneras de incluir a todos los congregantes para que todos pueden ser colaboradores en esta gran y apasionante obra. Si proveemos estas oportunidades en nuestro ministerio y misión, pues… entonces juntos —con Jesús— edifiquemos congregaciones crecientes. ¡Adelante!
Únete a nuestro Staff de maestros y sea de bendición para nuestros alumnos.
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